Un grupo de ciberdelincuentes ha ingeniado un curioso sistema para potenciar sus ataques de denegación de servicio (DDoS): ofrecer premios a cambio de colaboración.
El grupo ha creado una aplicación que, instalada en el equipo local de otros ciberdelincuentes, lanza ataques DDoS a unos objetivos prefijados. Esta aplicación redirige el tráfico a través de redes anónimas, ocultando la dirección de origen del ataque, haciéndola prácticamente irrastreable.
Por cada diez minutos que el usuario del equipo mantenga el ataque, ganará un punto. Con esos puntos, el usuario puede conseguir como premio otras herramientas orientadas a la ciberdelincuencia.
Como dato curioso, existe un marcador en vivo donde los usuarios ven sus puntuaciones en el ranking, de forma que compiten entre ellos por conseguir más puntos que nadie.