El ransomware sigue siendo un negocio muy lucrativo, no cabe duda. Buena cuenta de ello ha dado Los Angeles Valley College, que ha visto cómo ha tenido que desembolsar 28.000 dólares a los ciberdelincuentes para poder recuperar sus ficheros secuestrados.
El ataque, producido durante las fiestas navideñas, afectó a todos los servicios y dispositivos del campus (servicios online, financieros, servidores de correo y VoIP, incluso los ordenadores de los 1.800 estudiantes y profesores).
Los ciberdelincuentes dieron una semana de plazo para realizar el pago, de otro modo, los ficheros serían borrados.
La Universidad, como suele pasar muchas veces, no estaba realizando copias de seguridad de una forma adecuada, por lo que no tuvo otra opción que pagar la cantidad solicitada.
Según fuentes oficiales, para la Universidad era mucho más económico pagar el rescate que eliminar el ransomware de sus dispositivos y recuperar la información.
Después de realizar el pago, los ciberdelincuentes le otorgaron la clave de desencriptado. Con suerte, eso sí, ya que esta vez la clave era válida y funcionó, porque pagar no asegura nada.