Nada en la vida es gratis, ni siquiera el Wi-Fi en los cafés
de Starbucks. Eso es algo que Noah Dinkin descubriría eventualmente.
Mientras
tomaba su café en una cafetería de Starbucks en Buenos Aires, el fundador y CEO
de stensul decidió iniciar sesión en la red Wi-Fi para realizar un trabajo.
Para su sorpresa, hubo una demora inusual antes de que pudiera acceder a
Internet.
Más tarde, Noah descubrió que un código malicioso estaba trabajando de
forma oculta para secuestrar los dispositivos del cliente para extraer Monero (criptomoneda
usada en los mercados de la DarkNet, que empezaron a utilizarla como un medio
de pago mucho más anónimo que Bitcoin).
Inmediatamente informó el exploit (es un fragmento de software, fragmento de
datos o secuencia de comandos o acciones, utilizada con el fin de aprovechar
una vulnerabilidad de seguridad) a Starbucks a través de Twitter.
Starbucks
desconocía el problema, pero la compañía contactó inmediatamente a su proveedor
de Internet para eliminar el código. Para su defensa, el servicio de Wi-Fi se
subcontrata a un proveedor externo, por lo tanto, Starbucks no posee ni
controla la red Wi-Fi. La compañía afirma que se trataba de un caso aislado y que
sus otras tiendas están a salvo.