Entre los días 12 y 16 de mayo de 2017 el ransomware
WannaCry afectó a más de 360.000 ordenadores y otros dispositivos electrónicos en
más de 180 países, bloqueándolos y secuestrando su información, lo que impidió
su utilización, no cabe duda que fue uno de los mayores ciberincidentes de los
que se tiene constancia.
En la reunión anual del World Economic Forum el pasado enero
en Davos, se hizo especial hincapié en que los ciberataques de gran impacto y
los incidentes relacionados con el fraude o robo masivo de datos figuraban
entre las principales preocupaciones de los líderes mundiales y de la alta
dirección de las organizaciones.
Tras el ataque de WannaCry la concienciación de los
empresarios y usuarios de ordenadores de nivel económico medio en cuanto a la
necesidad de invertir en ciberseguridad ha crecido notablemente.
No cabe la menor duda que la reputación de las empresas
afectadas cayó de forma estrepitosa, además del económico que solo podrá
evaluarse a medio plazo. Sin embargo es evidente que la importancia de estar
adecuadamente preparados para anticiparnos, mitigar y responder a estas
amenazas es indispensable para tener la tranquilidad necesaria de que nuestros
datos y programas están a salvo.
Para más información puede acceder al informe de Deloitte
acerca del impacto que WannaCry ha tenido en la sociedad así como que la
ciberseguridad es un tema cada vez más preocupante para empresas y ciudadanos.
