Nada menos que 10 millones de dólares (8,64 millones de euros) del Banco de Chile fueron sustraídos el pasado mes de mayo por un grupo de ciberdelincuentes, tras lo cual el Gobierno de este país ha decidido mejorar sus protocolos de seguridad.
La medida ha sido adoptada conjuntamente por los representantes del Ministerio de Hacienda, la Superintendencia de Bancos, el Banco Central y el regulador del mercado local como consecuencia de lo que ha sido el mayor ciberataque sufrido por un banco chileno.
El 24 de mayo, un grupo de ciberdelincuentes atacó al Banco de Chile, la segunda mayor entidad financiera del país, y extrajo cerca de 10 millones de dólares, de los que una gran parte terminó en diversas cuentas en Hong Kong.
Durante el ciberataque, el Banco de Chile se vio obligado a desconectar unos 9.000 terminales en sus sucursales en un intento por frenar la propagación del virus, que habría servido de distracción para sustraer el botín.
Según un análisis forense de Microsoft, se trató de un ataque internacional sofisticado posiblemente proveniente de algún país de Europa del Este o Asia, tal y como ha explicado el Banco de Chile, controlado por la familia local Luksic y el estadounidense Citigroup.
Las autoridades han insistido en la necesidad de que el Congreso apruebe lo antes posible una nueva ley que permita contar con mejores herramientas y dotar de más capital a las instituciones para cubrir los riesgos de ciberseguridad.