Los ataques de «sextorsión» son un delito por el cual, a través de un correo electrónico o un mensaje, el atacante amenaza con publicar contenido íntimo de las víctimas en Internet.
Lo que más preocupa de estos correos es que suelen llevar como asunto tu nombre y tu contraseña. En estos casos lo más importante es cambiar la contraseña de la cuenta tan rápido como se pueda, seguido de las credenciales de acceso de tus otras cuentas de correo y/o redes sociales, especialmente si usas la misma contraseña.
Cuando eres víctima de uno de estos ataques debes ser consciente de que los ciber-criminales han podido ver todos tus correos. Aunque, normalmente, este tipo de correo es el resultado de un envío masivo de mensajes que los atacantes ejecutan de forma automática tras obtener una base de datos ilegal de la «Dark Web» con miles de cuentas expuestas. Al enviar estos correos a tanta gente muchos caerán en la trampa y realizarán el pago requerido para quitarse el problema de encima.
Por lo general, cuando es un ataque masivo, el mensaje suele estar plagado de faltas de ortografía y frases sin sentido.
En caso de ser un ataque de «sextorsión» directo, los atacantes te enseñaran las fotos o vídeos íntimos para demostrar que de verdad tienen en su poder dicho contenido privado.
Lo primero que debes hacer, si te pasa esto, es avisar a la policía y no pagar, porque no tienes ninguna garantía de que los criminales eliminen el contenido o que más tarde lo acaben subiendo de todas formas.
Debido a que las aplicaciones de mensajería instantánea como WhatsApp o Messenger, han implementado los «links de grupo», a través de los cuales te puedes unir a un grupo, los ciber-criminales pueden generar bases de datos con los numeros de teléfono de miles de usuarios. También podrán enviar enlaces donde los usuarios puedan caer en ataques de phishing y que más adelante pueden desembocar en ataques de «sextorsión».