El pasado mes de abril, Maze Ransomware reveló que había atacado en varias ocasiones al Banco de Costa Rica, la última vez fue en febrero de 2020, consideraban que el rescate a pagar era una recompensa por identificar los problemas en el sistema de seguridad del banco, que podrían haber tenido consecuencias devastadoras.
El Banco de Costa Rica negaba el ataque y por consecuencia, Maze Ransomware publicó, el 5 de mayo, la estructura de red del Banco como prueba de su ataque después de que el banco negara la brecha en sus sistemas.
La entidad bancaria ha seguido ignorando los requerimientos del grupo Maze Ransomware. Como respuesta publicaron el 21 de mayo, un archivo CSV de 2 GB que contiene los detalles de varias tarjetas de crédito o débito Mastercard y Visa. En su comunicado, además, amenazan al Banco de Costa Rica de que estas publicaciones se repetirán semanalmente hasta que atiendan sus demandas.
Estos acontecimientos podrían llevar al Banco de Costa Rica a una pérdida de clientes importante, así como saturar las peticiones de cambio de tarjeta de sus clientes.