Durante el fin de semana, la aseguradora Mapfre admitía por Twitter, que el retraso en su atención al cliente se debía a que estaba siendo víctima de un ataque de ransomware.
Esta lentitud en el funcionamiento se sucedió a lo largo de todo el sábado, y la propia compañía lo ha reconocido en un comunicado en su página web, en el que pide disculpas ya que estaban actuando sobre los sistemas informáticos para repeler el ataque de ransomware que se lanzó contra algunos sistemas de la compañía.
Continúan prestando servicio con normalidad, aunque para determinadas operaciones las están llevando a cabo a través de su Plan de Continuidad de Negocio, lo que está resultando en que se alargan los tiempos de respuesta.
No se ha podido determinar con exactitud cuál es el malware responsable del ataque, ya que desde la compañía reina el silencio absoluto. Se trata de un ejemplo de transparencia ante una crisis de ciberseguridad que, habitualmente, suele ser tapada por las compañías afectadas ante sus clientes y la opinión pública.