Un grupo de ciberdelincuentes pide 200 euros a cada uno de
lo más de 2.000 pacientes de una clínica a cambio de no difundir las
conversaciones con sus psicólogos.
Este grupo de delincuentes ha logrado acceder a los
registros de la empresa de salud mental Vastaamo, administradora de 25 centros
de psicología en el territorio finlandés. Ahora mismo, las autoridades
investigan un delito de seguridad y extorsión, entre otros cargos. Las mismas
autoridades afirman que el número de pacientes cuyos registros y conversaciones
confidenciales se han visto comprometidos asciende a decenas de miles. Además,
informó que en la Dark Web, la zona de Internet oculta a los buscadores convencionales,
apareció un archivo de unos 10 gigas que contiene notas y archivos privados
entre al menos 2.000 pacientes y sus terapeutas.
Desgraciadamente, los delincuentes siguen actuando y han
publicado parte de esta información, para demostrar a las víctimas que este
ataque es totalmente serio, así además pueden presionar a más víctimas y
aumentar los beneficios.
Las autoridades han creado una web para estas víctimas, ahí
se insiste en no pagar el chantaje, aunque sea una cantidad relativamente baja.
Nadie les asegura a las víctimas que el hecho de pagar no les impida a los
criminales seguir filtrando información.
Todavía no se conocen los detalles sobre cómo se ha
ejecutado el ataque, aunque todo apunta a un troyano enviado por correo
electrónico. Una vez abierto ese correo electrónico, los delincuentes tienen
acceso a la información del ordenador.
Una vez conocerse el ataque, Vastaamo, la empresa afectada,
dijo que inició una investigación interna y había verificado la seguridad de la
base de datos. Señaló que cree que el robo real se produjo hace dos años y que
durante este tiempo los delincuentes se han dedicado a obtener la información.
Finalmente, no nos podemos olvidar del daño para las
víctimas, que no sólo será económico. Este ataque también ha mermado su salud
mental, ya que angustiados, han inundado los servicios que han puesto las
autoridades para apoyarles ante el temor de que sus pensamientos más íntimos
puedan encontrarse fácilmente en internet. Este hecho les genera sentimientos
de estrés y ansiedad, que pueden agravar las dolencias y trastornos por los que
ya iban a terapia.