El día 18 de julio Philippe Goffin, el ministro de Asuntos Exteriores de Bélgica, informó que habían sido atacados por ciberdelincuentes de origen chino. En esa misma intervención, el ministro incitó a las autoridades chinas a tomar medidas contra las actividades maliciosas que se llevan a cabo en el país.
A esta situación hay que añadirle la mala reputación de la que dispone China a nivel global en términos de ciberseguridad. De hecho, desde el FBI afirman que casi la mitad de los ciberataques en el mundo son de origen chino y desde el Pentágono han confirmado en varias ocasiones de que los militares chinos disponen de los permisos necesarios para llevar a cabo actividades de ciberintrusión en caso de que lo consideren necesario.
El gobierno belga ha señalado a los siguientes grupos de ciberespionaje: APT27, APT30, APT31 y un cuarto grupo que ha recibido varios nombres, entre los que se incluyen Gallium, Softcell y UNSC 2814. Además, algunos de estos grupos ya han sido los causantes de varios ataques reconocidos en el pasado. Por ejemplo, el grupo APT27 fue vinculado a los ataques que les permitieron la toma de control y el robo de credenciales Microsoft Exchange.
Por su parte, el portavoz de la embajada de china en Bélgica negó todas las acusaciones y señaló la irresponsabilidad que había demostrado el gobierno belga al acusar a ciberatacantes chinos, sin aportar ningún tipo de pruebas.